DECLARACIÓN DEL PRO SOBRE LA SITUACIÓN DE HONDURAS

Declaración pública del PRO

Diversos sectores están intentando que el gobierno de Chile modifique su posición de condena respecto de los acontecimientos que tuvieron lugar en Honduras. Se argumenta que con la elección de Porfirio Lobos se habría puesto fin a la crisis hondureña y ya no habrían razones para que los gobiernos no reconsideraran su posición normalizando sus relaciones.

Como Partido Progresista rechazamos este planteamiento. Diversas razones fundamentan nuestra posición:

1. En Honduras hubo un golpe de estado. El señor Roberto Micheletti fue designado como Presidente en una sesión que tuvo como fundamento una carta renuncia apócrifa del Presidente Zelaya. Teniendo el recurso de un juicio político al Presidente, se optó por la fuerza y la destrucción institucional. Es cierto que recientemente los hondureños se han amnistiado mutuamente, pero más allá de los acuerdos domésticos, los acuerdos internos la comunidad internacional no puede legitimar a estas alturas una ruptura institucional en base a la fuerza.
2. Durante la crisis se cometieron delitos de sangre; hay más de una docena de manifestantes muertos, se proscribieron medios de comunicación, se afectó el pluralismo y se hostigó a recintos diplomáticos. El acuerdo Arias – Shannon no se ha cumplido a cabalidad. Recordemos que incluso el Presidente Lagos fue designado veedor de la aplicación de esos acuerdos. Si bien hubo elecciones y el nuevo gobierno no tiene responsabilidad política sobre esos delitos, si la tiene respecto a su investigación, los homicidios y el abuso de poder. De colofón, Micheletti se hizo proclamar parlamentario vitalicio antes de dejar el poder para obtener así fuero respecto de sus delitos. Es una burla a la democracia.
3. En el mundo, la defensa de la democracia fue unánime. Otra cosa es que después algunos vacilen y usen la crisis hondureña para sus intereses parciales. En este ámbito el PRO comparte la posición que han mantenido países como Brasil y Argentina que desde un primer momento han mantenido una posición de principio. Reconocer a Lobos, sin mayores exigencias y garantías, significaría sacrificar esos principios y volverle la espalda a parte importante de la comunidad internacional.
4. El tema no es negar la legitimidad de Lobos, sino exigirle que cumpla con los compromisos contraídos y que no se consolide la impunidad.

No hay comentarios.: