Derecho a voto de los chilenos en el exterior

Por Carolina Rossetti*

Como ex Embajadora de Chile en Suiza de la Presidenta Bachelet, quiero expresar algunas consideraciones sobre el anuncio del Presidente Piñera, respecto del derecho a voto de los chilenos en el exterior.

El llamado a la unidad que hizo el Presidente, no se condice con la exigencia de ciertos vínculos para que los chilenos puedan votar en el exterior. No queda claro tampoco quién define lo que es un vínculo, con qué criterios y si serán escuchados los residentes en el exterior.

Sería más fácil que el Congreso aprobara el proyecto que la Concertación ingresó en 1991.

Si bien la Reforma Constitucional de 2005 que “serán chilenos los hijos de padre y madre nacidos en el extranjero sin mayores requisitos”, reafirmándose así el concepto de ius sanguinis o nacionalidad por relación sanguínea, el acápite que sigue debe ser eliminado pues plantea que la persona obtendrá los derechos de ciudadanía al residir mínimo un año en el país: exigencia desmesurada

Por otra parte Chile sigue incumpliendo el Artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por la ONU en 1948, que establece que “Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de sus representantes libremente escogidos”. ¿De qué otra manera participan nuestros conciudadanos que viven fuera de Chile si no es sufragando en las elecciones?

Chile sigue siendo uno de los pocos países en América Latina que no otorgan este derecho a sus ciudadanos. Ya lo han hecho, Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México recientemente, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, Venezuela; está en trámite en Uruguay y no dudo que lo tendrá muy pronto el Paraguay. Además existe en la mayoría de los países de la UE y en Estados Unidos.

Entre los argumentos que he escuchado, sobre los “vínculos” analizaré los siguientes:

Los chilenos y chilenas que viven en extranjero no tienen vínculos con el país porque hace mucho tiempo que viven afuera. FALSO. Fui testigo como el día 27 de marzo, recibí varios llamados en relación a la tragedia que afectaba el país. El primero, fue de la Cancillería suiza para poner a disposición de la Presidenta Bachelet un avión con ayuda para las víctimas. Luego se sucedieron los llamados de las organizaciones de chilenos y chilenas residentes en ese país, para preguntar en qué podían ayudar: en pocos días juntaron 50 mil dólares que hicieron llegar al BancoEstado, producto de diversas actividades. Otras se organizaron para patrocinar proyectos de reconstrucción y otras están enviando containers con cosas necesarias para el enfrentar el invierno. ¿Puede entonces afirmarse que no existe vínculo con la patria cuando existe tal solidaridad? NO. Añadase, que nuestros conciudadanos están pidiendo este derecho desde el retorno a la democracia: eso se llama interés.

No están informados de lo que ocurre en el país pues no les afecta en su vida cotidiana. FALSO. Lo están, Y, ¿cómo podría ser de otra manera en dl mundo globalizado en el que vivimos. Además, las políticas públicas aprobadas en Chile son informadas a los residentes de cada país por nuestras embajadas y temas previsionales o de salud interesan de sobremanera, pues muchos de ellos regresarán al momento de jubilar.

Si les interesa votar no tienen más que juntar el dinero y viajar a Chile. FALSO. Esa exigencia constituiría un impuesto discriminatorio.

Que paguen impuestos en Chile: FALSO. Existe la tendencia a firmar acuerdos con todos los países para evitar la doble tributación. En el caso de Suiza se aprobó durante el gobierno de Bachelet.

La mayoría votaría por la oposición al gobierno de derecha: FALSO. Creo no equivocarme que Piñera habría obtenido una buena votación en el exterior.

Estas exigencias me recordaron el humillante pasaporte que entregaban las embajadas de la dictadura a los exiliados para poder viajar por el mundo. Estos documentos tenían una particularidad: iban marcados con una L. Esa letra significaba que quienes tenían la “L” en su pasaporte, eran parte de un lista (que manejaba el Ministerio del Interior en conjunto con los organismos represivos) donde eran calificados como “terroristas, comunista o simplemente humanoide”, pudiendo entrar a o salir de cualquier país del mundo, menos Chile.

A estas alturas de nuestro desarrollo democrático considero esta posición como una falta de humanidad y una humillación a los más de 857 mil chilenos que viven en el exterior. La única razón de poner una vez más la “ L” en el corazón de nuestros compatriotas responde al temor de la derecha de que esos votos no le sean favorables. Sin duda que no lo serán si se insiste en esta política discriminatoria mientras se afirma a todos los vientos que se quiere un Chile sin exclusiones ni discriminaciones. Quiero creer que en fondo de su corazón el Presidente comparte este punto de vista: de otro modo, eso que llaman la “Nueva forma de Gobernar” hasta el momento poco clara y llena de “si pero… es transitorio” hará que esta alianza de derecha también lo sea.

Link | Nota en página 13 de El Mercurio de Antofagasta

*Periodista, ex Embajadora de Chile en Suiza y fundadora del Partido Progresista, PRO

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