Promesas presidenciales: Del dicho al hecho


Desde el Partido Progresista (PRO) estaremos apoyando y fiscalizando la forma en cómo los anuncios se van haciendo realidad. Porque una cosa son las metas y muy distintos los medios y los mecanismos que se utilizarán para llevarlas a cabo.
El presidente Piñera realizó un coherente discurso, donde anunció múltiples medidas y metas. Todo lo propuesto habla bien del Gobierno que pretende instalar, sin embargo, para llevar acabo los proyectos comprometidos se requiere de mucho coraje, voluntad política y trabajo duro.


Es por eso, que nosotros desde el Partido Progresista (PRO), estaremos apoyando y fiscalizando la forma en como los anuncios se van haciendo realidad. Porque una cosa son las metas y muy distintos los medios y los mecanismos que se utilizarán para llevarlas a cabo.

Porque si bien las medidas que propone el Presidente son en su gran mayoría pertinentes, hubo pocos planteamientos en relación a cómo financiar su aplicación en el corto, mediano y largo plazo. Poca exploración e innovación respecto del modelo desarrollo, pocas referencias a la inequidad del modelo económico que castiga a la clase media, segrega a los más pobres, discrimina a las mujeres, aísla a los pueblos originarios y denosta a las minorías en general.

El discurso en su estructura fue convencional, pues mantiene la idea que solo el crecimiento salva a los pueblos, que la pobreza solo se mide respecto del PIB por habitante. Pues bien, creo y creemos los progresistas que la pobreza es también un problema de capacidades, libertades y derechos, no solo se mide mediante el crecimiento. Existen países que crecen y no se salvan de la más cruda pobreza.

Para crecer corrigiendo las inequidades es, entre otras cosas fundamentales, importante que el gobierno lleve a cabo una reforma tributaria permanente que pare de una buena vez las tremendas desigualdades que tenemos como país. Por ejemplo, el costo total de la reconstrucción es igual a la ganancia anual de una de las mineras en Chile. Si no somos capaces de que los que más ganan, entreguen más a Chile, nuestro modelo económico seguirá siendo uno de los más desiguales del mundo. En eso el Presidente fue conservador, no progresista. No propuso medias transformadoras al modelo de desarrollo que nos hace crecer pero sigue ubicando a Chile entre los países más desiguales del mundo en la distribución de la riqueza.

En el progresismo estamos convencido que hay que incentivar y apoyar todas las iniciativas que apunten a transformar Chile desde una sociedad de privilegios en una sociedad de oportunidades. Ese es nuestro compromiso con Chile y por eso estaremos atentos a como los dichos se conviertan en hecho

Marco Enríquez-Ominami

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