Marco Enríquez-Ominami: “Piñera es el quinto gobierno de la Concertación Democrática”


El ex diputado socialista, de 37 años, renunció a la oficialista Concertación Democrática y sacó 20% de los votos en la última elección presidencial en Chile. Pero su nuevo espacio, Partido Progresista, no ocupa ningún escaño.
Diario Clarín de Argentina
PorNÉSTOR RESTIVO

Marco Enríquez-Ominami, 37 años, ex diputado socialista, renunció a la oficialista Concertación Democrática y sacó 20% de los votos en la última elección presidencial en Chile. Fue así la principal sorpresa y novedad política de los comicios que llevaron al poder al empresario Sebastián Piñera. Pero su nuevo espacio, Partido Progresista, no ocupa ningún escaño. Es así por el sistema binominal chileno, que sólo da bancas legislativas a 1 mayoría y 1 minoría. “Pero estamos creciendo y en las municipales de 2012, donde hay proporcionalidad, lo seguiremos haciendo. Somos el verdadero cambio en Chile, Piñera es el quinto gobierno de la Concertación, y es hasta ahora una mala fotocopia”, dijo a Clarín.

De paso por Argentina, donde participó del foro empresario de IDEA y se reunió con la diputada Vilma Ibarra, fogonera de la ley de matrimonio igualitario (Enriquez-Ominami presentó un proyecto en 2007, rechazado), el joven dirigente señaló que Piñera “es la continuidad de la CD, en economía y en política exterior sobre todo”.

-¿Por qué lo dice?

-Creo en una integración económica y regional plena, arancelaria, migratoria, económica, no me gustan las fronteras. La CD no avanzó y Piñera tampoco lo hace. Reconoció al gobierno de Honduras pese a que no hubo aún investigación y justicia por el golpe de Estado y las violaciones de derechos humanos; no todo lo que es bueno para EE.UU debería ser bueno para nosotros. Y, entre tantos otros puntos, la discriminación con los mapuches o la política del Ministerio de Hacienda sigue siendo igual. Hace poco, en un agasajo en La Moneda, un mozo me decía que desde Pinochet sigue viendo siempre a los mismos invitados. Hay una continuidad y Piñera es eso.
-¿Cuál sería su preferencia para la región?

-No es bueno para Chile alinearse en un eje con Perú y Colombia, ni tener gastos militares absurdos. Argentina y Brasil tuvieron mejor postura hacia Honduras. Y en el caso de Colombia, en otra área que me interesa como el narcotráfico, su concepción es muy mala. La tomó México y vea cómo le va. Yo creo que el prohibicionismo y el creer que atacando la demanda se mata la oferta, es una lógica errada. Holanda, por ejemplo, mostró otra vía y fue exitosa. Por supuesto, hablo de drogas blandas. Con Piñera se consolida un abordaje equivocado en ese tema que le cuesta a Chile 400 dólares/hora por cada detenido por tenencia de drogas, si se me permite plantearlo desde lo más absurdo. En eso también aspiro a una integración regional distinta, que aborde de otro modo estas problemáticas, que busque más complementariedad y cooperación. Igual pasa con la salida al mar de Bolivia, se cancelaron todas las negociaciones y estamos en contra de no encontrale solución.

MEO, como lo llaman por sus iniciales, se entusiasma con problemáticas que suelen ser ajenas al mundo de la política: las nuevas tecnologías, los mapuches (“deberían tener participación parlamentaria”), la “brutal” desigualdad social en Chile, el matromonio igualitario.

“Ante la lógica concertacionista que terminó sin dar señales de avance ni de cambio a la sociedad (¿en qué se diferenciaban Eduardo Frei, último candidato de la CD, y Piñera?) y a este continuidad queremos imponer una nueva agenda con los temas mencionados más otros como un sistema jubilatorio que incluya lo estatal, derechos civiles, regulación en la salud y la educación y salir del discurso según el cual sólo con crecimiento y algo más de gasto social avanzamos. Avanzamos si agregamos más capacidades, libertades y derechos”, afirma.

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