Entre lo urgente y lo importante


Les copio otra columna de Cristian Jammet, un excelente colaborador de Chilecambio www.chilecambio.cl





Por Cristian Jamett

Se dijo que la candidatura de Marco Enríquez-Ominami fue una aventura personal, que descansaba en un esfuerzo mediático y de contenidos contradictorios. No obstante, una de las medidas que me convocó para sumarme a su proyecto fue la propuesta de reforma tributaria al alcohol, al tabaco, a las grandes empresas y, en especial, a la gran minería privada.
Muchos se concentraron en el carácter liberal del economista a cargo del equipo económico pero pocos vieron el valor táctico de una maniobra como esta: superar la fractura derecha-izquierda para hacer más transversal una reforma de esta envergadura si consideramos que por muy pequeño que sea el impuesto a la gran minería privada permitiría solucionar todos los problemas de vivienda, educación y de jubilación de nuestro país (Fundación Terram, 2003).
Hoy, después de evaluar los costos que significa financiar un plan de reconstrucción y de mitigar en parte los daños patrimoniales de los habitantes de las regiones más afectadas por el terremoto y posterior tsunami se pueden escuchar voces que proponen una tímida reforma tributaria. Las mismas que durante los tiempos de campaña la trataron de una medida populista y demagógica.
Pareciera que el último evento sísmico no solo dejó en evidencia la calidad de las viviendas, escuelas, hospitales, etc. y de la necesidad de una infraestructura pública de excelencia, si no, también, la precariedad mental de nuestra clase política que se concentra en lo urgente pero nunca en lo importante, es decir, en improvisar medidas para salir del paso pero pocas veces en anticiparse a escenarios predecibles sobretodo si vivimos sobre una falla geológica con una sociedad estructuralmente desigual y un Estado saqueado. Esas medidas de alto valor estratégico que, independiente del origen de la crisis que le toque vivir a nuestro país en el futuro, puedan enfrentarse de la mejor manera posible y con el menor costo de vidas, daño material, etc.
El ex Ministro de Hacienda Andrés Velasco fue reconocido mundialmente por haber enfrentado la crisis financiera del 2008 con una política fiscal contra-cíclica, es decir, ahorrar las ganancias producto de un buen momento del precio internacional del cobre para el periodo de vacas flacas. Pero poco se dice que este margen de maniobra del ex ministro hubiera sido imposible sin la chilenización y posterior nacionalización del cobre por parte de Frei padre y Allende respectivamente. Ciertamente muchos de los que hoy aplauden el manejo de la crisis ayer complotaban: ¿De los oportunistas es el reino de los cielos?
Chile necesita con suma urgencia de sectores dirigentes que se preocupen también de lo importante, es decir, que tengan la capacidad de aprovechar los momentos de no-crisis y asegurar estratégicamente a su población, de esos grandes proyectos reformadores que alguna vez Chile tuvo y que hoy necesita de regreso.

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